El ser humano es considerado por su naturaleza un ser social, pues este vive y se desarrolla en comunidad,
este fenómeno es estudiado desde las Ciencias Sociales, a través de sus ramas o campos de estudio; esto
quiere decir que se integran diversas disciplinas que estudian a la sociedad como tal en sus diferentes
aspectos como ser; geográficos (espacios territoriales donde viven), sociológicos (comportamientos y
cultura), económicos (actividades productivas) e históricos (su pasado y su presente).
Es importante establecer que antes de hablar de ciencia hay que realizar una distinción entre ciencia y
conocimiento, históricamente la ciencia tiene un origen preciso y concreto: el nacimiento de la era de la
modernidad. No queremos decir con esto que no existió “ciencia” antes de la modernidad, si por ciencia
entendemos un conocimiento exacto, metódico, experimental y aplicable; porque está claro que las grandes
civilizaciones (Maya-Azteca, Andino-Amazónica, Asiática, India, Egipcio-Bantú, Árabe) utilizaron un
conocimiento altamente elaborado para construir sus ciudades, domesticar las plantas y animales y conformar
todo un modo de vida articulado a su medio y entorno; no hubo una cultura que no tenga, de alguna manera,
un conjunto de conocimientos, “especializados”, que le permitieran relacionarse y desenvolverse mejor en la
vida, eso, sin embargo, estaba atado a su cosmovisión. Siempre que había un conocimiento producido y
desarrollado por la cultura estaba apoyado en una cosmovisión; por ejemplo, las grandes ciudades construidas
aquí, -Tiwanaku-, estaban pensadas sobre la base de emular el cielo y las estrellas; eso quiere decir que el
conocimiento que se producía para desarrollar la arquitectura y los espacios urbanos se basaba en el sentido
de la vida que estos pueblos generaban. Ministerio de Educación (2014). U.F. No.2: Saberes y Conocimientos
Propios. PROFOCOM. La Paz, Bolivia.
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